
Años atrás, la agencia donde trabajaba participó en un concurso para la adjudicación de una cuenta. Bueno… participábamos en muchos concursos, pero éste era algo diferente.
La mecánica de los concursos es simple. Un anunciante invita a una serie de agencias. Presenta un ejercicio de creatividad o de medios. Las agencias trabajan el ejercicio. Presentan y finalmente el anunciante decide con quién se queda.
Todos los concursos son duros, pero éste iba un poco más allá. Las agencias creativas que se presentaban al concurso aceptaban ceder el copyright de sus ideas. Es decir, independientemente de ser elegidas o no, tenían que estar dispuestas a ceder sus ideas.
En medios, el planteamiento también era muy agresivo. Todas las agencias que peleaban por la cuenta lo hacían a través de una subasta ciega en Internet.
Te conectabas a una determinada dirección a la hora fijada. Te presentaban un número de inserciones en un medio y empezabas a pujar a la baja. No sabías quién estaba detrás de cada puja. Daba lo mismo. Ganaba quien pujaba más bajo. Traducción: ganaba quien se comprometía a comprar ese medio a un precio menor. Así con todos los medios de comunicación relevantes.
Demasiado es demasiado
Hay veces que demasiado es demasiado. Seguramente ésta era una de ellas.
Los concursos son una fórmula más para decidir con qué proveedor vas a trabajar. Les das un punto de referencia. Les pides que compitan y comparas. Es así. Algo agresivo pero funciona.
Cuando va más allá, cuando te piden que cedas los derechos, cuando participas en subastas ciegas, cuando… el tema se complica. Tienes la sensación de que te están llevando demasiado lejos. De que estás cruzando la línea roja.
Todos teníamos esa sensación. Todos pensábamos lo mismo. Todos…
Tienes los clientes que te mereces
…, pero todos estábamos allí. Quejándonos, pero participando. Muchas de las agencias más grandes de este país estábamos en ese concurso. Protestando y pujando a la baja al mismo tiempo. Así son las cosas.
Los clientes son como son. Tienen todo el derecho a serlo. Ellos tienen el dinero. Ellos buscan lo que quieren y lo hacen como les parece más oportuno.
Es así. Hay que aceptarlo. Pero no nos podemos engañar. Los clientes llegan hasta donde tú quieres que lleguen. Si se hace un planteamiento excesivo y nadie lo escucha, no pasa nada. Si muchos entran en el juego, habrá más. Tiene que ser así. Le estamos diciendo que tiene que ser así.
Al final, tienes los clientes que te mereces. Tienes los clientes a los que prestas atención. Tienes los clientes a los que dices que sí. Si quieres otros clientes, aprende a decir que no.
Salvador Figueros
Tienes Los Clientes Que Te Mereces: Años atrás, la agencia donde trabajaba participó en un concurso para la adju… http://t.co/anKvM04t
@SalvaFigueros ‘Tienes los clientes que te mereces http://t.co/K8jzObwl‘. Por qué me suena esto tantiiísimo a arquitectura?!
Tienes Los Clientes Que Te Mereces http://t.co/nDSHo0oe
Cuánta razón! RT @SalvaFigueros Tienes los clientes que te mereces http://t.co/EAur76iP
Tienes Los Clientes Que Te Mereces http://t.co/wG3oD4qK
Tienes Los Clientes Que Te Mereces http://t.co/tLSyOtea via @SalvaFigueros
Tú eliges a tus clientes: «@SalvaFigueros: Tus clientes son como tú quieras que sean http://t.co/LLwxtv0Z«
Tienes Los Clientes Que Te Mereces – http://t.co/5PoXdQdY
Tienes los #clientes que te mereces http://t.co/1LIaTr5k
Tienes los clientes que te mereces http://t.co/oO8R6n2W via @SalvaFigueros
Tienes los clientes que te mereces. «Todos estábamos allí. Quejándonos, pero participando» http://t.co/nqOxKyzr
Tienes Los Clientes Que Te Mereces http://t.co/iMHYonCA @josemarb