El estrés y la saturación son dos elementos peligrosos. Te afectan física y psicológicamente y, poco a poco, van mermando tu capacidad. Te sientes pesado y cada vez eres menos productivo.
No esperes hasta el próximo verano. Organiza tus vacaciones de una forma distinta y comprueba hasta qué punto eres capaz de recargar pilas y volver con más intensidad.