
Tu marca es como tu nombre. Te representa. Siempre va por delante. Cuando tu nombre no encaja con tu personalidad, no funciona. Con las marcas pasa lo mismo. Hay marcas que encajan y otras que no. Cuando tu marca no es coherente con tu compañía, producto,…, algo falla.
Decidir el nombre de una marca es importante. No vale cualquier cosa. Cuando lo has decidido, tu empresa o tu producto llevará ese nombre durante mucho tiempo. Merece la pena que le dediques tiempo y cariño.
Hay muchos tipos de marcas. Hay muchos tipos de compañías. Las mejores marcas no son las más divertidas. Las mejores marcas son las que expresan mejor tu personalidad. Quién eres. Qué haces,… Cuando se produce la conexión, has dado con la marca adecuada.
Algunos tienen suerte y dan con un gran nombre rápidamente. Steve Jobs pensó en Apple Computers cuando viajaba en coche con su socio Steve Wozniak. Virgin surgió cuando alguien en la compañía apuntó que estaban muy “vírgenes” en temas de negocios…
A otros les cuesta algo más. Tienen que trabajar más tiempo hasta que dan con el nombre adecuado. Da lo mismo. Si el nombre es bueno, todos los caminos son correctos.
Hay algunos métodos que te pueden ayudar. Te ayudan a organizar las ideas y te permiten probar distintos tipos de nombres-marcas.
1.- Nombres que incluyen el beneficio. Esta forma de construir tu marca es muy potente. Directamente, en tu presentación, ya estás comunicando cuál es el beneficio de comprar tu producto o servicio. Ejemplos: Securitas, Duracell, Línea Directa Aseguradora,…
2.- Nombres que no significan nada. Tienen un cierto riesgo. Nunca sabes como van a funcionar. Es difícil establecer relación entre el nombre y el producto. Tienen más fuerza cuando producen una cierta contradicción (Häagens Dazs/helados). Ejemplos: Exxon, Intel, Compaq,…
3.- Nombres que combinan un nombre y una actividad. Incorpora un componente de narcisismo a la marca. Cuando la persona que da el nombre a la marca no es conocida, pierde impacto y no es demasiado recomendable. Es el típico recurso utilizado en sectores como la consultoría. Ejemplos: Boston Consulting Group, McKinsey Company,…
4.- Nombres que combinan los nombres de los fundadores. Es una de las fórmulas más utilizadas por los pequeños negocios. “Hijos de…”, “Tal y Tal asociados”,… Es agradable para los fundadores, pero aportan poco al negocio. A menos que tu ego no lo resista, huye de ellos. Ejemplos: Johnson & Johnson, Hewlett-Packard,…
5.- Nombres que utilizan la aliteración. Es una fórmula fantástica para ganarte la mente del consumidor. La aliteración se recuerda. Es notoria. Si consigues combinarla con algún otro elemento que te identifique, tienes una marca ganadora. Ejemplos: Pay Pal, Kit kat, Dunkin´ Donuts,…
6.- Nombres que utilizan la rima. Son muy parecidos a los anteriores. En algunas ocasiones, incorporan aliteración y rima. Son como la música pegadiza. No te los puedes quitar de la cabeza. No sabes porqué, pero siempre están ahí. Ejemplos: Coca Cola, YouTube, Maguila Gorila,…
7.- Nombres que utilizan una combinación de palabras. Suelen tener un impacto muy fuerte. La combinación de palabras crea palabras nuevas. Son notorios. Se recuerdan con facilidad. Además, incorporan varios significados. Son ricos en contenido. Ejemplos: Facebook, Microsoft, Photoshop,…
8.- Nombres que utilizan iniciales. Es todo un clásico. Por lo general, plantean los mismos problemas que los nombres de los fundadores. No se entienden. No transmiten gran cosa. Cuando se llega a las iniciales por evolución, es distinto. La marca ya es conocida. Al dejar las iniciales se simplifica (International Business Machines / IBM). Ejemplos: AOL, CNN, BMW, BBDO, OMG,…
9.- Nombres que utilizan el humor. El humor es parte de nuestras vidas. Nos ayuda a conectar. Facilita las relaciones. En las marcas también funciona. Si tu marca tiene una personalidad desenfadada, el humor te puede ayudar. ¡Cuidado! Si tienes dudas, no lo utilices. La asociación es muy fuerte. Ejemplos: Banana Republic, Voodoo Doughnuts, Erektus, Dave´s Insanity Sauce,…
Ya no hay excusa para que tu nombre sea gris. No vale cualquier cosa. Tienes muchas herramientas para dar con el nombre ideal. Utilízalas. Desarrolla tantos nombres como te parezca oportuno. Pide opinión. Contrástalos. Depura y quédate con el mejor. El que mejor te represente.
Salvador Figueros
Foto: Steve Snodgrass / Flickr